miércoles, 10 de octubre de 2012

Tratamiento de Pintura Mural (3ª parte)

En esta entrada finalizamos con el seguimiento del ejercicio, hablando sobre su colocación en el nuevo soporte, la retirada de las telas y la reintegración.

Para pegar la tela al tablero era necesario utilizar una fórmula especial que la protegiese: Cal apagada, Caseína con Amoníaco y Acetato de Polivinilo. En la imagen se está preparando la cantidad para tres obras.
Para probar los resultados se aplicada dicha mezcla a un trozo de tela en el reverso de la tabla a utilizar. Si al día siguiente costaba mucho despegarla o era casi imposible significada que estaba bien hecha.
Con la mezcla validada se aplicó en la tela por la parte de la primera capa, la que iba pegada al muro.
Encima se colocó una tela fina de algodón para proteger la policromía al contacto con el corcho.
Luego se puso otra capa encima de dicha tela, favoreciendo la adhesión.
Para evitar que se combase al secar, se grapó a la tabla, sin pillar nada de caseinato para que al desgraparlo no hubiera problemas. Una vez secó se colocó encima papel de periódico y un plástico, añadiendo peso encima para asentar la adhesión entre las capas. Al tercer día se retiró para evitar que la tela se pegase a este y creara moho.
A la semana siguiente la tela se desgrapó y se preparó la base igualmente con caseinato. Para que el caseinato tuviera elasticidad al igual que la tela, se humedeció dicho lado con agua y una brocha.
Ambas partes con caseinato añadido se juntan, de forma que la parte de la pintura que iría pegada al muro ahora está pegada al corcho. Es importante que se haga coincidir la pintura con el corcho, el resto es el marco.
Para terminar, se grapan las esquinas y se evita así que la tela mueva al tener humedad añadida. Se reforzó de nuevo con peso para ayudar a la unión de las partes y se destapó al día siguiente.
Llegado el momento del arranque restante, ese humedeció con agua fría la superficie de la tela con una esponja. Encima se superpusieron dos pliegos de papel de periódico también empapados, dejando que la cola se reblandiese. Luego se repitió el proceso pero usando esta vez agua caliente, insistiendo más sobre la superficie. Se volvió a tapar y se dejó reposar durante media hora aproximadamente.
Después de este tiempo se retiró la primera tela de algodón grueso, horizontalmente y con cuidado de no llevarse la segunda, ocasionando daños en la policromía.
Aspecto de la obra con la tela restante.
Se repitió el proceso mojando la tela con agua caliente y poniendo pliegues nuevos también humedecidos.
Luego se tapó todo con un plástico para reposar.
Se fue insistiendo sobre las bolsas despegadas, evitando que se trajesen policromía.
Al retirar la tela más fina se perdió otro porcentaje de la policromóia total.
Debido a la técnica el agua creó una serie de arrugas en la película que en oacsiones la hicieron desprenderse.
Vista de la tela desprendida con parte de la policromía sin despegar.
Lo siguiente fue fijar lo que se había quedado. Se había secado bien pero corría el peligro de romperse.
La tela de base de pegó al marco de madera y al corcho.
Fijado total de la tela siguiendo la forma de la base, evitando que se mueva o despegue.
Aspecto de la tela pegada en la base nueva.
Para "embellecer" el marco se aplicó arena en este caso, dejando solo la policromía a la vista. A continuación tocaba reintegrar las partes perdidas o lagunas, una mitad con Rigatino y la otra con Putinato.
Detalle de reintegración con Puntinato o Puntillismo.
Con el tiempo que restaba y todo lo que se había perdido no daba lugar a restituir la pintura entera por lo que el profesor dijo que se restituyera las lagunas más recientes, que además tenían más diversidad de color. Una vez finalizado, este es el aspecto final de la obra.

 Espero que haya gustado leerlo tanto como a mí hacerlo.

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