Continuando con la entrada anterior pasamos al punto de
Las Causas de Deterioro. En este caso es lógico que las sabemos porque hemos sido los artífices pero igual hay que actuar ante una obra dañada.
He
de decir que aunque suene mal, fue una experiencia bastante
desestresante, sobre todo si eran obras "de prueba" que luego ibamos a
recomponer. La orden se convirtió en un gustazo, no había que tener
cuidado, mientras más daños mayor sería el trabajo y por ello el
aprendizaje. Así pues, después de una media hora de golpes, cortes,
incisiones y torceduras así quedaron las dos obras asignadas:
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En primer
lugar daños a causa de golper contra el piso de una mesa, que por el
tipo de tela gruesa (yute) ocasionaron importantes desgarros. |
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En este caso,
al ser una tela más fina (algodón) con preparación gruesa en la zona
afectada no llego a hacerse más que un corte semi-limpio a causa del
golpe. |
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Lo siguiente
fueron punciones con un destonillador repartidos en una mitad y otra
para ver el resultado o tratar con el problema de las tensiones a la
hora de enmendar el deterioro. |
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En el caso de
esta obra, con un preparación más gruesa tanto en una mitad como obra,
el daño fue más vistodo, puesto que provocó levantamiendo de policromía
alrededos de la zona. Igualmente ocurre en el caso del corte inferior. |
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A continuación
se nos pidió que rajaramos una de las esquinas en contacto con el
bastidor. En el caso de esta obra fue un corte limpio como se puede ver. |
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Pero en el
caso de esta el desastre fue palpable, puesto que al estar todo
compactado el corte provoco un arranque de todas las capas hasta la tela
del soporte, dejando la madera del bastidor visible. |
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En un de ellas
a elegir se dijo que dobláramos el bastidor con ayuda de un "sargento",
provocando estos daños y algunos más poco visible, como la impresión de
la huella de la herramienta en la superficie pictórica. |
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Avanzando un
poco más tocaba el turno de manchar las obras con causas comunes: el
humo y la cera. Todo ello acompañado del corte de un trozo de tela que
había que tirar sí o sí. |
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Igual había
que hacer en esta obra, siempre intentando repartir los daños en una
mitad y en otra para experimentar la diferencia al tratarla luego. |
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Y aquí se muestra el aspecto que presentaba la primera obra por el reverso. |
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Y por último
el aspecto de la segunda obra por el reverso. En esta vista podemos ver
que el golpe que parecía poco alarmante habia deshilachado la tela de
algodón. Un daño leve pero diferente y no por ello más fácil de tratar. |
En este punto el final de la
primera obra, la de tela de yute, era envolverla en papeles de periódico
mojados y guardarla en el armario de la clase hasta la vuelta de las
vacaciones de Navidad. Ello condicionaría un ataque en masa de
microorganismos que nos pondría realmente a prueba.
Pero por otra parte nos deja a solas con una obra, por lo que era el momento de
cuantificar y cualificar los daños. Es decir, ya sabemos la causa pero a la hora de hacer una
ficha de diagnóstico es necesario dejar constancia de todo lo que se encuentre.
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Empezamos por medir el largo de los cortes y lo que abarcan las lagunas derivadas del mismo. |
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Contiuamos por las incisiones, tanto el ancho como el alto. |
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Medida de otra de las incisiones. |
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Ancho de la rotura ocasionada por el golpe. |
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Ancho de la pérdida de soporte. |
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Alto de la pérdida de soporte. |
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En esta imagen
se ve claramente lo que ya dije: la huella que dejo el mecanismo para
doblar el bastidor ocasionó visibles destrozos superficiales, no solo
por la preparación gruesa sino por la policromía, muy grasa y blanda. |
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Ancho del despredimiento de soporte en la esquina superior derecha. |
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Largo del desprendimiento de soporte de la esquina. |
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Ancho de la mancha de humo o calcinación. |
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Largo de la mancha de humo o calcinación. |
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Aspecto general de la obra con luz rasante, ideal para resaltar los daños existentes. |
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Medida del desnivel de la esquina doblada del bastidor. |
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Gracias a la
luz rasante podemos ver con claridad el aspecto de la obra, como el
detalle del relieve de la cera y hundimiento en la zona del golpe o la
aparición de ampollas causadas por calcinación en el reverso. |
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También es recomendable hacer estudios con lus transmitida, algo muy útil para visualizar pérdidas de soporte. |
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Vista del reverso de la obra con luz transmitida. |
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Reverso de la obra con luz rasante para ver igualmente la magnitud real de los deterioros. |
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Un ejemplo es
el daño sufrido por la tela al soportar la rotura del bastidor al
doblarse o los desgarros en las zonas de algun clavo de sujeción a la
misma. |
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La medida general del ancho de la obra no es algo que debamos olvidar, ya que es un dato básico en la ficha. |
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Medida general del largo de la obra. |
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Largo de la huella sobre la película pictórica. |
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Ancho de la huella sobre la película pictórica. |
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Medida de la extensión general de la cera en la superficie de la obra. |
Una
vez con todos los deterioros localizados lo usual sería realizar un
mapa de daños para que de una forma simple podamos mostrarlo al cliente,
por ejemplo. Hay varias formas de llevarlo a cabo, hay gente que usa
programas de ordenador, otros que lo pintan encima de una foto, etc.
Pero en esta asignatura se nos enseñó un método igualmente válido:
dibujar por ordenador sobre la foto en el mismo Word. Puede parecer algo
simple pero teniendo en cuenta que la foto base está en blanco y negro y
el resto a varios colores en función del daño, nos sale un mapa igual
de válido. Es otro recurso a tener en cuenta y que me alegro de haber
aprendido, aunque mi meta sea controlar los mapas tradicionales hechos
por ordenador, puesto que para obras más grandes y complicadas este
método quedaría algo estancado.
(Continuará)
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